jueves, 15 de junio de 2017

La desaparición del Banco Popular ¿secuela o preaviso?

La desaparición del Banco Popular ¿secuela o preaviso? 

Resumen Latinoamericano / Pedro Montes, economista, Socialismo 21 / 14 de junio de 2017
El oscurantismo que domina todo el mundo financiero, y en particular en el sistema bancario por la simple razón de que si se desata el pánico sobre una institución su hundimiento puede ser casi inmediato con la retirada masiva de depósitos, impide desentrañar en profundidad lo ocurrido al banco Popular y la forma en que las autoridades monetarias europeas (la Junta Única de Resolución del BCE, otro entrega de soberanía) y españolas han resuelto este nuevo grave incidente.
Todo indica que el banco Popular estaba en quiebra, esto es,  el valor de sus activos, unos 150,000 millones de euros,  era insuficiente para  hacer frente al volumen de sus pasivos, constituidos fundamentalmente por los depósitos, unos 115,000 millones de euros, deudas con otras entidades de crédito, unos 15,000 millones, y los recursos propios, unos 10,000 millones. Implicado excesivamente en la actividad inmobiliaria, los créditos fallidos hipotecarios, el susodicho “ladrillo”,  e inversiones exageradas en el suelo, habían degradado de modo continuo su balance.
Nada nuevo en lo que ha sido la crisis financiera desde que estalló la crisis de las hipotecas “subprime” en Norteamérica, que arrastró a todo el sistema financiero internacional y por extensión al sistema financiero español a un período de enormes convulsiones,  cuya superación dista de estar resuelta.
El banco Popular estaba herido de muerte, su solvencia en entredicho, y de ahí a desencadenarse una situación de falta de liquidez había un paso en cuanto la desconfianza de los clientes en la recuperación de los depósitos se hizo realidad. 
Un desenlace traumático pero nada novedoso en lo que representa la cadencia de los acontecimientos de la quiebra de un banco, en este caso relativamente importante en nuestro país, pues se trataba de la quinta institución bancaria por su balance.
El llamado “agujero” resulta de muy difícil precisión, y cabe estimarlo en unos 17.000 millones de euros si se acepta la solución dada que elimina de un golpe todo el capital propio de la entidad, que podrían ser unos 10.000 millones el 6 de junio, y exigirá al banco de Santander una emisión de acciones por unos 7.000 millones de euros para afrontar la adquisición que ha llevado a cabo.
Datos no desdeñables y relevantes, pero desde luego nada equiparable a lo que han sido otras graves crisis de otros bancos desde 2008, cuando la quiebra del banco de inversiones Lehman Brothers supuso 700.000 millones de dólares. 
Por las cantidades implicadas,  todo permite pensar que cabían otras posibilidades de solución, como hubiera sido inyectar liquidez al banco -recuérdense los 25.000 millones que costó Bankia o el tratamiento que se pretende dar a otros bancos en dificultades en Italia-, o distribuir los costes de la quiebra de un modo distinto, como podría haber sido valorar las acciones del banco Popular por un precio distinto de cero y matizarlo por tramos de propiedad.
Caben todas las especulaciones sobre lo que se ha pretendido hacer con el banco Popular y los intereses que han entrado en juego a la hora de liquidarlo, que han debido ser muchos por la jugosa depredación. 
En todo caso,  además,  siempre quedaba  abierta la oportunidad de que el propio Estado con una intervención decidida se hubiera hecho cargo, con un coste mínimo,  de una parte significativa del sistema crediticio, haciendo realidad lo que en muchos programas políticos se anuncia de reconstruir una banca pública. Es tal el retroceso ideológico de la sociedad y de la izquierda con el capitalismo actual que ni cuando surgen conmociones de este tipo se recuerda que históricamente la aspiración de una banca pública poderosa ha sido una reivindicación, incluso una práctica,  común en otros tiempos.
Desde luego, el tema del Popular no está cerrado, aunque se pretenda por parte del gobierno darle carpetazo formalmente,  por los perjuicios causados a unos 300.000 accionistas, y las irregularidades que de nuevo se han cometido,  permitiendo o facilitando ampliaciones de capital con informaciones falsas sobre la situación financiera real del banco, incluidos los famosos análisis de estrés europeos.  
Las instituciones reguladoras y de control no sólo es que miran para otro lado haciendo caso omiso de sus responsabilidades, sino que alimentan las estafas financieras que se fraguan al amparo de la ignorancia y opacidad que cubren el mundo financiero.
Crisis pasada o futura
Desde el punto de vista político general, la cuestión clave que plantea el caso singular del banco Popular es si se debe inscribir en la estela de la gran crisis financiera padecida desde 2008 o si, por el contrario, es un relámpago anunciador de otras peligrosas tormentas por llegar. Mi opinión es que están pendientes enormes convulsiones y episodios de emergencia, a partir de tener en cuenta la situación de nuestro país como la más general de la situación financiera mundial.
Toda la seguridad propagandista que emite el gobierno sobre la solidez y solvencia del sistema financiero queda en entredicho por lo que ha ocurrido con el Popular, que ya se extiende a otras entidades, como es el caso de Liberbank. 
Los datos son imprecisos, pero se sigue reconociendo que los bancos siguen ocultando en sus balances decenas de miles de millones de activos tóxicos inmobiliarios, quizás algunos centenares de miles,  que aún no han digerido a pesar del entramado institucional que se ha creado para aliviarlos de la carga destructiva que representan.
Por otra parte,  todo el sistema bancario ha gozado en los últimos años de una evolución excepcional determinada por ser el canal fundamental por el que el Estado se ha financiado emitiendo cientos de miles de millones de euros hasta alcanzar la deuda pública el 100% del PIB y por el que el BCE ha inyectado liquidez a la economía con respaldo de esa deuda. 
Un circuito extraño, beneficioso para la banca, generado en un contexto tipos de interés del BCE mínimos, o nulos, que tarde o temprano tendrá que acabar. 
Si la crisis de los bancos ha puesto en jaque al Estado hasta aquí, será el endeudamiento que ya alcanza el Estado el que ponga en jaque el equilibrio de los bancos ahora.
Alardear de los contribuyentes quedan descargados de los costes de intervención en el caso del Popular no se compadece con el hecho de que el Estado ha gastado en el mantenimiento del sistema financiero decenas de miles de millones de euros que y es una osadía porque aún no se sabe cómo acabara esta historia. 
Por no referirse al endeudamiento general que padece toda la economía española, incluidos los pasivos exteriores, por la que se convierte en uno de los países más vulnerables del mundo.
Convendría no olvidar que al final de 2016, después de 8 años de crisis, quiebras y reajustes financieros, los pasivos entre las empresas, las instituciones financieras, las Administraciones Públicas y los Hogares ascendía a 7,8 billones de euros, a los que sumar otros 2,6 billones de pasivos con el exterior de esos agentes. 
En 2009, esas cifras eran respectivamente de 7,7 billones y 2,3 billones, dejando de manifiesto que la carga explosiva del endeudamiento sigue intacta, e incluso algo más peligrosa por el aumento de los pasivos con el exterior.   
Pero más importante aún. Destacados y solventes analistas vienen anunciando la proximidad de otra crisis financiera mundial cuya intensidad,  sostienen, superará la que hemos conocido recientemente.
Las propias instituciones financieras internacionales deslizan sutilmente su preocupación por la situación existente. Como se sabe,  la práctica de inyectar liquidez en cantidades desorbitadas por parte de la FED y el BCE ha sido el medio para detener la consecuencia incontroladas de la crisis.
La liquidez generada ha detenido su propagación pero al mismo tiempo ha multiplicado los riesgos de que sobrevengan convulsiones más graves. 
Si ello ocurre, por los  múltiples factores de inestabilidad existentes, incluidos los políticos, no cabe pensar que el sistema financiero español quedará indemne, puesto que, como se ha resaltado, la economía española en términos de su endeudamiento global no se ha corregido, manteniendo todo el sistema una vulnerabilidad muy elevada.
Después de todo, se admite que la evolución entre los flujos financieros de la economía globalizada y los flujos de intercambios reales de bienes y servicios han cobrado una desproporción disparatada e insostenible, cualesquiera que sean las comparaciones. Como la evolución del volumen de los activos y pasivos financieros mundiales no guarda relación alguna con el crecimiento del PIB real del mundo. 
La economía productiva opera dentro una burbuja financiera que tendrá que desaparecer antes de que el capitalismo pueda normalizarse y emprender otra fase. Se ha de destruir mucho capital ficticio y especulativo para sanear economías, pero eso no acaecerá sin grandes traumas, tensiones y conflictos.
El caso del banco Popular nos pone un ejemplo perfecto de lo que tendrá que ocurrir: de la noche a la mañana todos los poseedores de acciones y bonos convertibles del banco han perdido todo su capital. Generalizar los problemas y angustias que sufren los afectados por la crisis del Popular nos puede servir de imagen de lo que está por suceder a otra escala.

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Si nos han de robar, 
que sean otros y no los mismos de siempre

Si como votantes, no nos escuchan
como consumidores, lo harán
boicoetemos sus empresas.
Llevamos las de ganar. 

Como acabar con la ESTAFA de las ELÉCTRICAS... de una puta vez pasando de los Vendepatrias del Bipartidismo

Ante el robo continuo y escandaloso por parte de las eléctricas y sus abusos en el recibo de la luz
propongo... 
actuar todos unidos como consumidores
contratando TODOS 
o en su defecto una gran mayoría,
  otra compañia eléctrica que no sea ninguna de estas dos (ENDESA - IBERDROLA) y cambiarnos a otra cualquiera de las muchas ofertas que existen hoy en día.

De tal forma que no les quede otra a las grandes que plegarse a nuestras demandas de una tarifa más justa y mucho más barata
o atenerse a las consecuencias 
de seguir con su estafa.

En nuestra mano está que siga este robo o cortar por lo sano para que no nos sigan mangoneando

ARMAK de ODELOT

Canción del Indignado Global

(solo pá Mentes preclaras 

libres de Polvo y Cargas)

Si me han de matar que sea,
 un Trump que de frente va

  no un Obama traicionero, 

que me venga por detrás.


Éstos del bipartidismo, 

a nadie ya se la dan

Tanto monta, monta tanto,

ser sociata o liberal.


Que harto me tienen sus cuentos, 

de crisis y guerras sin más

Cuando no hay bandera que tape, 

la ansia de un criminal.


Daños colaterales son, 

inocentes masacrar

si lo hiciéramos con ellos, 

no habría ni una guerra más.


Por eso pasa que pasa, 

que nadie se alista ya

a no ser que la CIA pague,
 
como al ISIS del MOSAD


A mí, que nunca me busquen, 

ni me llamen pá luchar.

Que yo no mato por nadie. 

Yo mato por no matar.


La paz de los cementerios 

es la paz del capital

Si soy rojo es porque quiero, 

en vida, vivir en paz.


Hoy tan solo mata el hambre, 

del rico por tener más 

Con el cómplice silencio, 

de toítos los demás.


Que preferimos taparnos, 

los ojos pá no pensar

O mirar pá otro lado, 

pensando que el mal se irá.


Creer que lo que a otro pasa, 

no nos tiene que importar.

Cá palo aguante su vela, 

repetimos sin cesar.


Éste es el mantra egoísta 

que rula por la sociedad

como si lo que le pase a otro, 

no te pueda a tí pasar


Más todo, cuán boomerang vuelve, 

al sitio de donde partió

y tal vez ocupes mañana, 

el sitio que otro dejó.


Mil pobres ceban a un rico, 

otros mil le dan jornal,

y otros cuantos dan su vida 

porque todo siga igual. 


Que no me coman la oreja, 

que no me creo ya ná

de sus guerras, sus estafas, 

ni su calentamiento global


Tan solo vuestras mentiras, 

esconden una verdad

que unos pocos están arriba 

y abajo tós los demás.


Da igual que seas ateo, 

cristiano o musulmán.

Solo los elegidos, 

el paraíso verán.


Hay medios alternativos, 

amarillos muchos más.

Unos más rojos que otros. 

Los menos, de radikal.


Más todos tienen su cosa, 

y a todos hay que hojear

Que comparando se tiene 

opinión más general.


Qué de tó aprende uno. 

Nadie tiene la verdad.

Ser más papista que el Papa, 

no es garantía de ná.


Solo creo en lo que veo, 

díjome santo Tomás, 

que el que a ciegas se conduce, 

no para de tropezar.


Y al enemigo, ni agua, 

ni nunca contemporizar

No dudes, tarde o temprano, 

siempre te la jugará.


No hay que seguir a nadie 

y a todos hay que escuchar.

Si tu conciencia te guía, 

de nada te arrepentirás.


Dá gusto ver a los ricos, 

pegarse por serlo más

mientras en eso se hallen, 

quizás nos dejen en paz.


Si te crees o no sus mentiras, 

a ellos les dá igual.

Con tomarlas por veraces, 

les basta para actuar. 


Que no me cuenten más cuentos, 

que tós me los sé yo ya.

Se demoniza a cualquiera

que no se deje robar.



No basta con ser un santo, 

sino ser de"su santoral"

Como la cojan contigo, 

no te valdrá ni el rezar.


Pensamiento único llaman. 

Anteojeras pá no pensar

más que en la zanahoria. 

El palo irá por detrás.


Si no crees en lo dictado, 

anti-sistema serás

Y por mucho bien que hagas, 

te van a demonizar.


Que no me coman la oreja, 

que a mí, no me la dan.

Que me sé todos sus cuentos 

y también, cada final.


Si de cañon, quieren carne, 

pál matadero llevar

que busquen a otro tonto, 

que este tonto no va más



No se ha visto en tóa la historia, 

otra estafa sin igual.

Que la madre tóas las crisis, 

que creó el capital


Y cuando tan ricamente, 

uno estaba en su sofá

Relajado y a cubierto, 

de inclemencias y demás,


te cortan sin previo aviso

el grifo de tu maná. 


Y te dejan sin tus sueños,
 
sin trabajo y sin hogar


y pá colmo y regodeo 

de propios y extraños, van

y te dicen como aviso

que al rojo no hay que escuchar


que son peores que el lobo,

del cuento y mucho más

y que si vas y los votas

toíto te lo robarán.



Si como votantes, no nos escuchan

como consumidores lo harán.

Boicoetemos sus empresas

Llevamos las de ganar. 


Si no queda más remedio

que dejarnos de robar

que sea otro y no el de siempre

tal vez así, aprenderá


No hay pan pá tanto chorizo,

dicen, cuando lo que sobra es pan.

Lo que no hay es un par de huevos
 
pá que no nos choriceen más.


Resultado de imagen de eladio fernandez refugiados suecia

Ellos tienen de tó

los demás, cuasi-de-ná

mas ellos son cuatro mierdas

y nosotros sémos más.


La próxima revolución 

contra las corporaciones será

y si ésta no se gana 

no habrá ninguna ya más.

Quien sepa entender que entienda

lo que digo es pá mascar

despacio y con buena conciencia.

Mi tiempo no dá... pá más


Armak de Odelot


Dicen: 

No será televisada, 

la próxima revolución.

Más como nadie se fía 

de lo que se nos dice hoy en día,

pasamos los días enteros, 

tumbados en el sofá

delante la caja tonta,

 por no perder el momento
del pase de la procesión 
que tós llevamos por dentro